martes, 23 de septiembre de 2008
Días de cambio
Si por algo me gusta el otoño, aunque suene frívolo, es por la renovación del armario.
Ayer compré un jersey muy british a mi chico, y hoy lo estrené combinado con unas sandalias de supertacón . Tuve que quitarmelo a punto de sufrir sarampión.
Volví a doblarlo con esmero sin un pliegue que delatase mi traición y lo metí en su envoltorio.
Seguro que a él no se le escapará el ligero aroma del que está impregnado y que con tanto gusto guarda en su memoria olfativa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario