miércoles, 17 de diciembre de 2008

Deseo


El hablaba por teléfono cuando la vio. Ella también hablaba, móvil en mano, móviles sus labios carnosos, móvil su respiración agitada, que delataba un gran enfado.
En él se despertó un deseo adormecido por los últimos avatares bancarios, y observó con detenimiento a la ejecutiva que impedía su paso en el portal . Un entrecortado buenas noches permitió que él abriera la puerta mientras ella le seguía camino del ascensor.
Pensó morir en ese breve espacio de tiempo transcurrido hasta llegar a su ático. Se le acumuló toda la timidez de su adolescencia en su mirada al igual que otro torrente hacía lo mismo con lo que pretendía ocultar.
Por fín llegaban.
Cuando él abría la puerta de su casa notó la mano de ella aferrada a su cintura. Todo fue rápido, desprenderse de ropa, ansia de labios, sugerentes estímulos, movimientos arriba y abajo, boca cubriendo los dientes con la lengua, aproximaciones al glande. Asta de miel en su boca, en su cuerpo.
Revienta de deseo cuando entre gemidos se cuela un pensamiento " amo a otra"...

1 comentario:

AB dijo...

Pura excitación...
pero amaba a otra
¡diantre!